Conversación con Olinda Silvano

07.04.2019

Por: LUIS REAL - ASPORLAVIDA

"Atenta, sencilla y jovial, Olinda Silvano nos recibe en su casa de la Urb. Campoy, adonde se mudó luego del incendio que destruyera a la comunidad Shipibo de Cantagallo. Con una gran disposición a conversar y generosa en sus explicaciones, nos presenta algunos aspectos desconocidos - para nosotros - de la cultura de su pueblo, de su vínculo con la naturaleza de donde proviene el conocimiento del que hace gala en su conversación, del aporte que significa el diseño Kené para embellecer el mundo. Escuchémosla.

OLINDA SILVANO. Maestra artesana shipibo konibo
OLINDA SILVANO. Maestra artesana shipibo konibo
  • ¿Puede contarnos acerca de su experiencia como portadora de la cultura de su pueblo?

Nací en la comunidad de Paoyhan, Bajo Ucayali, región Loreto. Vine a Lima a temprana edad, para trabajar y estudiar. Mis padres eran humildes agricultores y éramos muchos hermanos. La ropa que teníamos no era como la que tenemos ahora. Nosotros teníamos que sembrar el algodón, después cosecharlo y tejerla, para tener ropa. Era un proceso muy largo. La abuela hacía la ropa para los nietos. A cada uno le hacía dos ropitas, que se utilizaban alternadamente para lavarse. Y cuando se ensuciaban las dos, había que esperar en el rio, que se laven y sequen, antes de subir a la casa.

Conocí el secreto ancestral de cómo hacer el diseño shipibo cuando fui curada con plantas de la selva. Desde pequeña sentí el deseo de pintar y pintaba en los árboles lo que veía. Veía visiones que otros no veían. Me sentía una niña rara. Hasta que le pregunté a mi mamá: Mamá, ¿Por qué soy una niña diferente? Allí me dijo que, por ser la nieta mayor, había sido elegida para ver y para ello, mis mayores me habían puesto una corona invisible con el Ayawasca.

Por eso es que veía visiones al entrar al bosque. Por eso es que sentía que se me partía la cabeza cuando veía fuego. Esa energía está en tu cabeza, me dijo. Para modular esa energía, al cumplir los 13 años, el tatarabuelo Rucho y el abuelo Icaro, me volvieron a curar, mediante unas cañitas que aplicaban sobre mi cabeza y absorbían con fuerza para extraer el ayawaska. Usaban también la resina del piri-piri, que me aplicaban en los ojos y los oídos, para regular las visiones y los sonidos.

  • ¿Cómo venían esas visiones?

Estas visiones vienen conmigo desde que me pusieron esa corona de ayawaska. Siento que yo pertenezco a ellos. Sentí que me entregaron como un libro, y apareció primero una energía que me tumbó, como un rayo que me hubiera caído. Y vino un señor que me pidió que me levantara, y luego me sentí como una anaconda, y después una luz. Allí vi un montón de diseños, de dibujos... Por eso cuando pinto, no estoy pensando ni haciendo bocetos con un lápiz....ya sé cómo va, por donde debe ir, todo fluye de la manera más natural como el rio Ucayali. Entiendo que nací para esto, que soy de esto.

  • ¿Significa esto que no en todos, el Ayawaska produce estos efectos... que no es para todos, que no todos están preparados para esta experiencia?

Efectivamente, no en todos, no es para todos. Todo depende de cada uno, de cómo se trasmite el conocimiento. De cómo la madre enseña a sus hijos. Aprendemos a curar con plantas, para que sirve cada planta.

Pensaba que mi abuela era mala porque me resondraba mucho, pero ahora sé que fue para mi bien. No todos son elegidos. Mi diseño es único, no hay repetición.

  • ¿Tal vez tus abuelos pensaban que podías ser algo más, como una guía espiritual, pero al quitarte esa energía, sientes como que se cambió tu destino?

Bueno, se me quito un poco de energía porque me dolía mucho la cabeza y no podía acercarme a la cocina. Pero la energía está allí. No todos son elegidos. Un chamán me dijo: Tu Vas a ser grande. Yo pensaba que iba a crecer en estatura....recién hoy -que he representado a mi país- puedo entender algo de lo que me dijo.

  • Y sobre las técnicas de pintura, ¿Cómo aprendiste a preparar los colores? ¿y cómo haces tus pinceles?

Mi abuela me enseñaba la técnica para obtener colores. El achiote, el palillo, planta amis, juntaba diferentes clases de plantas. La cocona, esa que no es fruta, es especial para hacer la pintura negra. De la tripa del pescado se sacaba el líquido y se usaba como mechero; y después de quemarse dejaba un residuo negro. Ese carbón, lo mezclábamos con la cocona. Salía parecido al acrilex. Servía para teñir de negro. También la caoba la usaba para teñir, se rayaba, se hacía hervir y se obtenía un pigmento marrón. Para otros tonos, se usaba la cáscara de mango o guayaba. El líquido para teñir se obtiene de la corteza, puedes usar también almendras. Para obtener el color blanco o negro se utilizaban resinas. La abuela era la maestra.

Los pinceles se hacían del cabello de las mujeres, se cortaban del cerquillo y lo ponía en palitos de caña brava.

  • ¿Qué otras visiones tenías?

Uno ve lo que cree. Si no crees, te vas a marear nomas. Yo, por ejemplo, aunque no tome ayawaska, veo las imágenes de los diseños, porque ya lo tengo en mí.

Una Planta, Marusa que le decimos, olorosa, como perfume. Si te bañas con eso ves los "sheico" o "Personas de otros mundos" que solo se aparecen en sueños o cuando te bañas con esa planta.

  • De todos tus trabajos, ¿Con cuáles te sientes más identificada?

El de la portada del MINCUL, la flor del ayawaska, la energía potente, cosmovisión, para hacer visible la identidad de mi pueblo, hay allí como una luz, espero que no la boten, que la guarden....Allí estoy poniendo visible mi identidad cultural, la de mi puebo Shipibo - Konibo.

  • Has desarrollado una teoría acerca de tu pintura?

Sería bueno, pero no quiero patentar porque me pertenecería solo a mí. Si yo patento como mío, perjudico al pueblo Shipibo. El pueblo Shipibo es grande y está en el alto, medio y bajo Ucayali. Quiero proteger nuestro arte, no quiero la mercantilización. Queremos desarrollar conocimiento propio que sirva a nuestras necesidades.

Lo mío es un aprendizaje ancestral. También doy clases de arte ancestral en la universidad.

Olinda Silvano pintando una tinaja gigante en el Parque Kennedy de Miraflores (FOTO: El Comercio - 2017)
Olinda Silvano pintando una tinaja gigante en el Parque Kennedy de Miraflores (FOTO: El Comercio - 2017)
  • ¿Cómo valoras la vida de la comunidad, sus instituciones comunales?

La comunidad a veces es invisible porque no salimos. Cuando yo vivía en la comunidad, no salía, solamente miraba acasito nomas, no miraba más allá, no miraba el futuro, no miraba como crecer. Mi plan era mi chacra, mi plátano, comer, dormir y al día siguiente lo mismo. Pero en la ciudad ya es distinto, aprendes, te capacitas....pero no dejas de ser lo que eres. Ya tienes otras cosas, ya no es todos los días lo mismo, ya no vas a comer todos los días la misma comida, ya no te vas a aburrir. Con el arte ocurre lo mismo. Tienes que tener apetito. También hay que arriesgar. Intentar....si la gente rechaza, pero a te gusta lo que haces, trata de mejorar y si a la gente le gusta...Bienvenido! Pero en primer lugar, tiene que gustarte lo que haces, valorarte tú mismo....después te valorarán los demás.

  • Estuvo en México, y presentó aplicaciones en moda vestidos

Uno tiene que ir desarrollando su cultura, ir avanzando, no solo mantas y telares sino que uno quiere vestirse, lucir bien.

  • Aplicas tus diseños en artesanía, cerámica?

Sí, claro... uno quisiera hacer muchas cosas, lo que uno le nace, pero no alcanza el tiempo... a veces quisiera tener cuatro o cinco manos... mi abuelito y otros, que si hacen eso, se han especializado en eso, todavía no he aprendido.

Ahora estoy pensando otra cosa, pronto voy a sacar otra pieza. Ya está en mi mente. Así estaba pensando y había comprado los materiales, antes del incendio, y el fuego acabó con todo. Pero nunca me rendí. Tuve que levantarme de las cenizas y renacer de nuevo.

  • ¿Sería posible contar con tu participación en los talleres que pueda promover la revista Tarpuy?

Por supuesto!... Ahora, estoy trabajando con alumnos del colegio Roosevelt, niños de cinco años. Es un colegio internacional, en inglés, no lo hablo. La profesora explica, o los propios alumnos explican a sus compañeros, ellos preguntan, les gusta mi arte, enseño a pintar, enseño a cantar, les explico cómo vivimos en la Amazonía. Los más traviesos se quedan admirados, ya no tocan nada más bien, preguntan...tu transporte, ¿Cuál es?... yo viajo en avión, ¿en qué viajas tú?... y yo les digo, con mi canoa, mi casita de paja pintada con diseño Kené...Y  dicen, nosotros tenemos departamentos en edificios... a así van preguntando lo mío y contando lo que es suyo....Van intercambiando raíces... son niños de cinco años... curiosos más que los grandes, son. Los grandes no preguntan.

  • ¿Crees que la yerba madre, el ayawasca, te eligió a ti y a otras mujeres, para que expreses su arte y lo hagan conocer al mundo?

Bueno, hay mujeres chamanes, hay bastantes, hay algunas muy buenas otras, no tanto. Pero yo no soy chaman. Yo solamente he tomado ayawaska para ver visiones, lo que yo antes veía, era realidad...hipnotizarme para hacer un trabajo audiovisual de mi Amazonía, que salió excelente. Anteayer fue presentado en el Ministerio de Cultura. Ves el Kené como se movía, como se iba, para los niños. Y yo canté allí la canción del ayawasca, que es el dueño de las plantas. La planta ayawaska es la más poderosa, la madre de todas. Conforme que se va tomando y se ven esas visiones, eso es lo que plasmo. Pero yo ya lo tengo, y solo pienso y lo plasmo, agarro mi pincel, y esa visión me va guiando. Por eso en Rusia, dijeron, de donde sacaba, me buscaban, y no encontraban....yo solamente agarraba mi pincel e iba cantando....y los gringos me miraban.... ¿de dónde saca, de donde viene eso? Para ellos fue una cosa sorprendente, porque ellos hacen boceto primero y esos bocetos, llevan....yo no, agarro mis pinceles, mis pinturas y voy...mi canto me guía.

  • ¿No será que tú ya estás conectada permanentemente y no necesitas ingerir el ayawasca?

Estoy conectada. Y me avisa mi cuerpo todo lo que va a suceder, lo presiento. Por eso, cuando siento eso, lo primero que hago es llamar a mis hijos... ¿estás bien? ¿Cómo están?... ¡cuídense!... Estoy presintiéndome mal, algo va a suceder pero no sabemos quién....llamo a mis hijos, llamo a mi mama, llamo a mi esposo... ¡Y sucede!

Mira, mi mamá no toma ayawasca, pero también está conectada, también puede ver. Es que, como crecemos con las plantas, adquirimos ese poder...pero eso se está tratando de matar o cambiar, la gente que está viniendo con la religión. Yo no estoy en contra de dios, pero hay otras personas que nos prohíben... "no toquen el piri piri, esa es planta del diablo"... pero, una que ha crecido con eso, que ha vivido, que ha crecido, que ha sanado, y crees en eso, es difícil.

  • Nos has hablado de las plantas, de los animales, de la Anaconda... ¿y del agua?

La anaconda, para nosotras, es la madre del agua y de la tierra. Abajo, donde qué va la anaconda, viven los peces... si sale la anaconda, el agua se va, se seca. El agua es muy importante, lo que nos sostiene, a la Amazonía, a las plantas, los bosques. Sin bosques, no seríamos nada. Porque de eso se vive, allí está el formarse con dios. Allí está la librería, las pinturas... porque también con agua se hacen las pinturas... no es solo el agua que tomamos, es la energía que nos da el amanecer. Nos levantábamos a las 3 de la mañana para ir a bañarnos, sino nos bañábamos, no éramos nosotras, porque ya nos ganó el pajarito.

  • ¿Qué otras historias tienes?

Muchas historias, tengo. Como creció la mostacilla, el árbol que sacaban. Como el chamán le "icaraba", como lo hacía caer, como se recogía. Pero como no me han preguntado, se me ha ido olvidando. Los abuelos me contaban en la tarde, en la madrugada. Otro te lo repetía, entonces, ya en tu cabeza está. Han pasado más de veinte años, yo les cuento a mis hijos... pero como nadie te pregunta, ya no cuento más y tú vas olvidando.

Con Silvia Ricopa en Madrid (España)
Con Silvia Ricopa en Madrid (España)
  • ¿No se podría, conversación mediante, reconstruir esas historias?

Cosas me contaron... como era la época del caucho, como vivieron el tiempo de guerra... por eso soy blanca, porque un español abuso de mi... tatarabuela, entonces, mi bisabuela ya nació blanquiñosa, sus ojos azules, esa fue su abuela de mi mamá. Mi abuelo se reunió con un hombre morenito, entonces la raza volvió... pero una hija nomas había sacado blanquiñosa, sus ojos azules... después mi mama y mi papa... y yo nazco blanca... y mi última hermana.

Y así, cosas que habían pasado en el tiempo del caucho, se llevaban a las mujeres con sus esposos, le mandaban a trabajar a sus esposos y los patrones abusaban de las mujeres, las embarazaban...en esos tiempos no había como cuidarse, como no sabían hablar en castellano, peor todavía era. Cosas pasó, cosas pasaron.

Esta parte es importante para nosotros, que nos interesa recuperar la memoria histórica... porque, así como estas diciendo "lo tengo acá, pero como nadie pregunta, ya nadie conversa, se ha ido olvidando..."

Si, se ha ido ocultando en serio... yo tenía muchas historias, a veces quiero recordarme y solo un pedacito recuerdo...

  • Esa es justamente nuestra preocupación, RECUPERAR LA MEMORIA HISTÓRICA desde cada uno, desde cada grupo familiar, desde cada pueblo. Y a este fin, sirve mucho lo que nos trasmites apreciada Olinda. A nombre de la revista, agradecemos tu tiempo y tus palabras, que ya son parte de la memoria de nuestros pueblos.
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